Los huiros son macroalgas pardas. Macroalgas porque se pueden apreciar a simple vista y pardas por su color característico. Hay macroalgas de otros colores, como verde y rojo, y esto depende del pigmento que tienen para captar la luz del sol. Las aglomeraciones de huiro se dan en costas rocosas y de aguas frías de todo el planeta, formando un ecosistema muy productivo y con gran biodiversidad: los bosques de algas. Estos bosques se dan en las costas a poca profundidad, donde llega la luz solar, y en áreas con muchos nutrientes, como las costas de Chile.
En Chile tenemos cinco especies de huiro: tres que habitan en la orilla (intermareales), que son dos especies de huiro negro (Lessonia spicata y L. berteroana), y el chochayuyo (Duvillea antárctiva), y dos que viven bajo el mar (submareales), que son el huiro palo (L. traberculata) y el huiro canutillo o flotador (Macrocystis pyrifera).
Los chilenos somos los mayores productores del mundo de macroalgas extraídas de poblaciones naturales. El conchayuyo es consumido como alimento, mientras que los huiros se comercializan para servir de alimento en cultivos de abalones, a nivel nacional, y para uso en las industrias cosmética y alimentaria, a nivel internacional. En el centro y norte de Chile el macroalga más abundante es el huiro palo, que se extrae de dos formas: la rpimera es mediante la recolección de orilla, técnica no destructiva que consiste en retirar las algas muertas que arrastra la marea; mientras que la segunda implica arrancar el alga viva completa, normalmente mediante buceo. Esta última técnica se denomina “barreteo”.
En el norte y centro de Chile, los buzos extraen el huiro palo con la ayuda de un chuzo, con el que despegan el alga de la roca. Esta técnica es conocida como barreteo. Las algas barreteadas pueden ser inmediatamente recolectadas, subiéndolas a un bote, o ser dejadas a la deriva hasta que varen y puedan ser recolectadas en la orilla.
Estos bosques son el hogar de gran cantidad de seres vivos, desde otras especies de algas hasta grandes depredadores como las estrellas de mar o la vieja. Muchas de estas especies tienen interés comercial. Estas algas son también fuente de alimento para muchos animales, desde pequeños anfípodos hasta peces como la jerguilla o, incluso, el hombre. También son usados como zona de crianza o de caza por muchos animales.
Revista REMA N° 1 arrow_forward